Casa verde, casa chilena

Cuando vuelvo a la casa verde, cuando vuelvo
es como si pisara mi alma, yo me disuelvo.
Cuando vuelvo a la esquina de años de niña
cuando vuelvo, vuelo y el sol aliña
el cielo azul, el mar de horizonte infinito
la arena tan blanca, el cuchuflí tan rico.

Cuando vuelvo a sopaipillas y al pebre chileno,
es como si me viera de fuera, lejos, ajeno,
por fuera parezco ser de otro mundo
por dentro anhelo ser de aquí, profundo.
Por fuera rubio, de ojos azules y blanco
queriendo parecer un mestizo llegando.

Cuando vuelo, trasnocho, vuelvo volando,
sintiendo la falta de mi gente bailando.
Siento que me han prestado raíces postizas
que se suman a las mías como mellizas.
Valoro lo típico como los porotos
y me mezclo entre los chicos con mocos.

Vuelvo a las luces porteñas de fiesta
y de rebeldía, necesidad y se me desliza
la piel blanca por fuera, ya casi morena.
Ceden los ojos, mi melena ya casi negra.
Me tiño por dentro, me adapto a mi gente
que me acoge y me abraza indiferente.

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